Por Daniel Fajardo
En un escenario ideal, la oportunidad de adentrarse al meollo del remolino creativo, el lugar donde la intimidad del artista queda expuesta para cumplir la última parte del ciclo que le da sentido a su arte, hacer pública tantas sensaciones, sentimientos y formas de expresión con la finalidad de compartir, fue la experiencia que tuve al asistir a la muestra «La Fuerza de Sentir» organizada por Mónica Viderique y 3 artistas plásticas que unen su talento en este improvisado pero atinado lugar para presentar sus obras.
Durante el previo, uno de los anfitriones me comparte que el lugar, actualmente estudio de la organizadora, pertenece al casco de una ex-hacienda, el lugar se usó en sus orígenes para depositar harina a manera de Bodega. El lugar despide esa sensación del México hacendario, muros altos y deteriorados con muestras de una arquitectura de inicios del siglo pasado. Ubicado en la zona sur de Cholula, el estudio de Mónica Viderique te ofrece una intimidad muy conceptual, realmente un artista puede convertir ese espacio en su mundo. Sobre este lugar la misma artista me comenta que lo comparte a sus vez con otras artistas con las que convive y con las que se reúne para crear.
Para el evento, un buen vino, excelente gusto y un gran servicio, las obras expuestas, luz suficiente para ver la obra y darle ese toque místico al lugar, una excelente mesa con bocadillos para compartir el vino y socializar como me comenta, Virginia Priede, artista plástica expositora y encargada de los bocadillos, celebro su gusto por compartir tan excelente selección de alimentos que dio un toque de distinción al evento, no sólo el arte es capaz de vender una idea, el contexto en el que se presenta juega un gran papel.
Como es costumbre el evento lleno de amigos de las expositoras y algunos conocedores de arte, la intención del evento no es una simple muestra, es un evento de venta donde se busca que las obras adquieran un nuevo dueño. Los asistentes tienen la oportunidad de convivir con las expositoras y conocer de lleno las ideas que respaldan sus obras.
Mónica me narra que sus obras reflejan fuerza y movimiento, me comparte la experiencia de producción cuando un cuento inspira una obra y da como fruto tres cuadros. Más tarde en una charla con una alumna, siempre gustosa del arte, debatimos sobre la forma en cómo una historia literaria llega a una obra plástica, el sentimiento es el mismo, el lenguaje es otro, sólo se trata de un canal y metatexto.
Con Virginia Priede platico sobre las últimas tendencias en Europa, «Vengo de trabajar en Barcelona y es impresionante la competitividad en cuanto a ideas y foros para presentar este tipo de arte, me llama la atención la apertura de la sociedad para acercarse al arte y valorarlo» hablamos de cómo el artista se vuelve «comercial» sin sacrificar la esencia de la obra, se hacen propuestas más sencillas de comprender y más fáciles de adquirir, el creativo no se traiciona por ello, ¿acaso no tienen el derecho de ver la manera de generar dinero de su trabajo?, ¿quién no lo ha hecho? Platicando con algunos críticos de arte en el evento, comento el punto citando a grandes músicos que han hecho tonadas o jingles para spots publicitarios, ¿los hizo menos artistas está entrada extra de dinero?
Amalia Buergo es diseñadora gráfica egresada de la Universidad Iberoamericana Puebla, no se considera pintora como sus demás compañeras de exposición, simplemente le gusta plasmar ideas en lienzos, no tienen técnica de trazos ni se fija en ellos, simplemente se dedica a plasmar sentimientos, sin embargo su obra es cruda, fuerte con coraje. Platicando con la artista me revela que el tríptico que presenta surgió tras un retiro de silencio, ¿demonios es lo que se ve en la pintura? No se distinguen, el arte es libre, las personas sienten y ven lo que quieren encontrar, la artista se muestra atenta a los comentarios de su obra. Todos coinciden con la violencia implícita, a un lado, bocetos llenos de erotismo muestran a una mujer en distintas acciones, ella nos comparte la idea de presentar a la mujer en ese sentido, reconoce que siempre los senos son un referente en su obra, desconoce la razón pero siempre usa este recurso.
Las horas avanzan, el vino y una excelente compañía convierten este evento en cada vez algo más íntimo, una pequeña comunidad cómplice que por una noche cumple el cometido de narrar las experiencias que cada obra deja en ellos, la verdadera función del arte se cumple cuando se vuelve público. La fuerza de sentir cumple su cometido, nos presentó 4 formas en que mujeres artistas desahogan con energía distintos sentimientos, todas las obras nos movieron y nos recordaron que no importa el medio que se use, no hay que contenerse, la energía es movimiento y como tal, siempre busca una forma de salir, las obras presentadas eran eso, movimiento, fuerza, coraje. El sentimiento es emoción, es fuerza.