El paso de la caravana de migrantes es un tema que ha despertado puntos encontrados entre distintos grupos, por una parte, unos se apegan a la cuestión de los derechos humanos mientras que otros adoptan una postura más enfocada hacia la legalidad del paso de esta migración por nuestra Nación y el futuro de nuestra relación con Estados Unidos.
La Bestia y otras omisiones
El tema de la migración no es un asunto nuevo, siempre ha sido un secreto a voces, igualmente polémico, cuando miles de personas eran registradas, incluso con reportajes que se transmitían por televisión, cruzando de manera ilegal nuestro país.
La situación era de conocimiento para la opinión pública misma que no veía con interés este asunto y la problemática real que debería ponernos a reflexionar.
En primer aspecto ¿con qué tipo de seguridad contamos en la frontera sur del país para que cualquier migrante pueda tener la oportunidad de ingresar a nuestra Nación y cruzarla para llegar a Estados Unidos? esto pensando en que no son unos cuantos, sino cientos de personas que a diario ingresan, por otra parte, ¿por qué somos testigos de distintos programas de migración en carreteras de nuestro país o en la misma frontera norte donde muchas personas son perseguidas para ser deportadas?, ¿cuál es la diferencia entre un punto y otro?
Sin duda cuando somos testigos de que la ley se aplica en algunas circunstancias y en otras no es una señal de corrupción. Siguiendo con esta línea, ¿Cuánto representa el negocio de los migrantes en México?, ¿es conveniente dejarles ingresar tras un pago y al final del viaje simplemente atraparlos para deportarlos?
Desde el “pollero” hasta la autoridad, la migración es un gran negocio en nuestro país y esa es la realidad aunque el tema era del poco interés para la opinión pública hasta ahora en donde a todas luces una gran movilización de este grupo de personas cruza nuestro país con el beneplácito de nuestro gobierno.
¿Después del trato humanitario? ¿qué sigue?
Sin duda una de las posturas más fáciles de adoptar, más cómodas políticamente hablando, sería decir que no somos como Estados Unidos, evitar que centroamericanos crucen nuestro país para llegar a la Unión Americana sería replicar lo mismo que tanto hemos denunciado a nivel mundial.
Pero la problemática no debe ser analizada en el presente sino en el futuro y sus repercusiones.
La más inmediata ¿qué ocurrirá con esta gente al no poder ingresar a los Estados Unidos? El presidente Trump ha fijado una postura pública ante esta situación y, con todo derecho, ha desplegado tropas en la frontera Sur de su país para evitar el ingreso de esta caravana.
¿Y si no logran pasar?, ¿cuál es el plan del gobierno federal ante esta situación?, ¿Se crearán albergues?, ¿se ofertarán empleos?
Veámoslo ahora desde un punto económico, ¿México está para emplear antes que a nacionales a extranjeros en trabajos como el campo o la construcción?
Economía de primer mundo vs. Economía en desarrollo
No se trata solo de fijar una postura sobre los derechos humanos o de tratar de no ser como Estados Unidos, claro que no lo somos, la problemática de la migración es muy distinta para ellos que para nosotros.
Pensemos en que el 90% de estas personas no ingresen a Estados Unidos ¿qué sigue para ellos?, ¿cuántos de estos centroamericanos regresarán a sus casas?, ¿cuántos intentarán hacer sus vidas en nuestro país? ¿Estamos preparados para ello?
El tema sin duda nos pone entre la espada y la pared y la manera de comenzar a resolverlo es pensar en el futuro. Tratamos de hacer lo que creemos es lo correcto pero ¿correcto para quién? aclaremos que la caravana de migrantes no es la primera ni la única que ingresará a nuestro país, por lo que podemos pensar en que la cifra de estos en la frontera norte irá aumentando y esto nos obliga a no tratar el tema con tanta indiferencia y prepararnos para la consecuencia de esta decisión, la cual sigue estando en el aire hasta que como sociedad decidamos fijar una postura ante esta situación.