¿Qué hubieran hecho ustedes?…Al escuchar la pregunta que el presidente Enrique Peña Nieto lanzó como un recurso empático que de alguna manera trataba de presentarnos a un ejecutivo afligido por haber tenido que asumir la decisión que solo un valiente podría haber tomado no resultó para nada como quizás él hubiera querido.
Lo que quiso decirnos
¿Qué hubieran hecho ustedes?
En una lectura textual, es una pregunta que sin duda supone una apertura al diálogo y no una sentencia, comunica un deseo de escuchar opiniones, acto que se contrapone con la realidad, una pregunta correcta realizada en el momento inadecuado.
Siguiendo esta línea de interpretación y basado en una supuesta apertura atemporal al diálogo, mi cuestionamiento directo sería ¿Por qué preguntarnos hasta ahora?, si el discurso supone un interés por la participación en este asunto ¿por qué no se le dio la oportunidad a la sociedad de participar?
¡Medios existen!, consultas ciudadanas que no solo sirven como recursos promocionales en las campañas pudieron usarse, pienso ¿cómo podría haber sido la reacción de los mexicanos si se nos hubiera explicado y se nos hubiera permitido con anticipación participar y sugerir opciones sobre este tema antes que de manera unilateral se tomará esta decisión? Sin duda un ¡Qué haremos es mejor a un qué hubieran!
Podemos ver el caso de Inglaterra con el Brexit, un asunto que por su relevancia ponía en riesgo la economía de todo el país y con una madurez envidiable (estemos de acuerdo o no con el resultado) la gente votó y como país asumirán las consecuencias. ¿Qué hubiera pasado si el primer ministro de dicho nación se presenta ante los medios para simplemente preguntar qué hubieran hecho ustedes? La pregunta correcta hecha en el momento inadecuado.
Lo que le queremos decir
¿Qué hubieran hecho ustedes? Es una pregunta “con intención” de escuchar pues bien ahora es tiempo de responder…
Creo Sr. Presidente el premio de consolación va mucho más allá de reducir -10% el salario de funcionarios de “alto nivel”, esa reducción les puede afectar pero no nos hagan tontos, aun quedará el bono que vendrá el próximo fin de año y qué decir del que se asigna al final de sexenio que seguramente ya está planeado.
– 10% es una medida absurda para quien tiene un estilo de vida muy por encima del mexicano promedio, lo más honesto que se pudo hacer es que TODA la clase política del país adoptara por obligación un modelo de vida “Pepé Mujica”, sí el Presidente que entendió que ser funcionario público es un puesto como cualquier otro, que no debe contextualizarse en una vida distinta a la del ciudadano común.
Si nuestros políticos adoptarán un estilo de vida de atenderse en el IMSS, inscribir a sus hijos en escuelas públicas, tomar cada mañana el transporte público para llegar a sus trabajos, ocupar una vivienda de interés social y ganar no más de 6,000 pesos mensuales creo que sería algo mucho más creíble y honesto porque solo así se podría entender el verdadero impacto del aumento del combustible en los bolsillos de la mayoría de los mexicanos.
Es difícil hablar frente a la cámara y mostrar preocupación por una situación que evidentemente no afecta por igual a todos, raya en el cinismo fingir solidaridad y empatía cuando claramente no existen las mismas condiciones, el aumento en el precio era algo inevitable e irreversible por la forma en la que se tomaron las decisiones en este tema pero sin duda no se puede nuevamente pedir al pueblo su comprensión cuando los gastos aumentan y los ingresos disminuyen.
Mtro. Daniel Fajardo
Colaboración especial para