Por L.C. Daniel Fajardo
El líder de la Iglesia católica, S.S. Benedicto XVI, visitó nuestro país durante este fin de semana despertando un gran número de polémicas.
La visita puede analizarse desde diversas posturas, algunos que, viéndolas con fines políticos, hablaron durante varios días de teorías poco fundamentadas acerca de los intereses por promover el voto por parte de Papa, otros le adjudicaron una visita con intereses de reformar la constitución y la libertad religiosa y muchos más una visita con fines estratégicos para la misma Institución católica.
Podría sentarme a escribir y debatir uno a uno los puntos que son origen de una cadena de desinformación que muchas personas, curiosamente las que más criticaron esta visita, realizaron con una enorme contradicción y falta de profesionalismo, si queremos cambiar este país ¡Cambiemos una comunicación con fundamentos!, ¡Ya basta de manipular al pueblo con argumentos sin sentido!
Sin hablar más del asunto, lo que me llamó la atención en realidad fue un suceso lejos de todos estos chismes y fue ver durante los preparativos y el fin de semana del evento, a miles de jóvenes en todo el país organizándose para tener una participación activa en este acto.
Muchas universidades organizaron cadenas de oraciones, misiones y viajes para acompañar al Papa y difundir la palabra de Dios con un entusiasmo que los políticos con sus estrategias de acarreos anhelarían como uno de sus sueños más idóneos. El punto clave de esto es contar con una juventud activa, lejos de vicios y con una visión social. Una sociedad que permita la organización coordinada en diversos sectores enfocados en un sólo fin, que sin importar el Estado del que provengas, sepamos trabajar en equipo bajo una misma finalidad.
Independientemente del credo religioso del lector, y hago la observación haciendo sólo como referencia la acción de los jóvenes para este evento, es fundamental tener a una generación que tenga en mente algo más que el presente, si algo hemos padecido las nuevas generaciones, es de tener una vida sin sentido, donde muchos jóvenes han perdido la vida suicidándose por el el simple hecho de no encontrar algo más para sus vidas una vez que la metas materiales han sido logradas.
Cada vez es más frecuente, incluso en el ámbito religioso, ver que simplemente el ser humano no encuentra ya la respuesta, el aumento de religiones en el mundo se ha manifestado gracias a miles de creyentes que buscan una respuesta sin saber cual sea específicamente ésta.
La Fé, fue una de las principales características que motivaron a los jóvenes a vivir este momento de una manera especial. Creer en algo que va más allá de ganar dinero, algo que nos une y que rescata nuestra escénica como seres humanos, valores tan fundamentales que hacen que todas las personas unidas en ese evento, de manera coordinada, sustentada de valores como la solidaridad, la hermandad, el bien común
Al ver la cobertura y observar a miles de jóvenes con playeras conmemorativas, cantando y acampando de manera organizada me hace reflexionar sobre el verdadero papel de una generación de jóvenes activos, con un sentido de la vida bien definido y con toda su fuerza canalizada en algo. Las personas adultas tenemos un gran compromiso al orientar a estas jóvenes generaciones desde que son niños para involucrarse en movimientos y actividades que los ayuden a crecer y fortalecer su espíritu, llámese alguna actividad deportiva, movimientos sociales o religiosos, independientemente del tema religioso, es cada vez más importante para las nuevas generaciones, crecer en el marco de algo en que creer.