La palabra mágica que muchos artistas buscan estaba sobre la mesa, Gaby Martínez, pintora que en los últimos años ha logrado un gran crecimiento y se ha vuelto tendencia e influencia para muchos artifices me confirmo “vivir de su arte” ¿y cómo es que lograste hacerlo? Repliqué, y la creativa me habló acerca de dos factores clave, las sinergias que ha logrado con otros artistas y trabajar arduamente para perfeccionar su técnica.
Reconoce que a pesar de no contar con estudios especializados que le acrediten como pintora profesional, el reto de llevar a la realidad las ideas que conciben son una gran escuela.
Charlábamos sobre el refrán de que “la práctica hace al maestro” tras años de trabajo y mucha investigación, siente que el nivel que ha adquirido le da las herramientas suficientes para seguir que sus ideas se materialicen en grandes proyectos.
“Han sido muchos años de exploración y siento que es tiempo de crear un proyecto en donde pueda dejar atrás los experimentos y presente una propuesta que sea la que comunique lo que realmente quiero proyectar como artista” me comenta al mismo tiempo repasamos la manera en la que ha combinado el arte con el ejercicio y su práctica del Yoga.
Mientras que ella buscaba la meditación en el yoga, descubrió que la pintura es el gran momento para meditar por lo que el arte es algo necesario para escucharse y al mismo tiempo crear grandes conceptos que le han llevado a ser una de las grandes artistas que existen en el ámbito local.
La experiencia como empresaria artística le ha permitido llegar a más mercados al mismo tiempo que otros artistas se han beneficiado del mismo asunto en los eventos organizados por ArtFest que tiene como objetivo permitir que distintas obras lleguen a nuevos mercados y exista mayores posibilidades de comercializarlas.
Tras años de trabajo existen muchos artistas, y personas, que tiran la toalla por no encontrar la remuneración necesaria para sus proyectos de vida, Gaby Martinez, lo ha logrado y recomienda no desistir y trabajar con pasión, tomar riesgos y seguir trabajando hasta convertirte en un maestro de las cosas que hagas.
Por Daniel Fajardo