¿Cuál es la promesa amigo lector que me gustaría escuchar de un candidato y que inclusive con toda confianza me haría votar por él? muy simple ¡gobernar para todos!
A lo largo de nuestra historia y el principal motor de la guerra de Independencia y la revolución fueron las condiciones no de una simple desigualdad social, sino de acumular la riqueza en ciertos sectores y utilizar a los demás para producirla sin compartirla.
Son buenas noticias para todos que México tiene tantos recursos aun sin administrar correctamente, que la verdad nos alcanzaría para que los mexicanos sin excepción podamos disfrutar de esta abundancia pero, lamentablemente nuestra historia se ha construido sobre los cimientos de la ambición.
Históricamente se ha luchado por la bandera de la reorganización de la riqueza sólo para ganar los favores de muchos quienes dieron su vida por esos ideales y que al final se quedaron sin nada en este juego de sólo modificar a los beneficiarios y no de un auténtico cambio de estructura.
Independencia y Revolución, ambos movimientos pelearon por los mismos ideales, el segundo como consecuencia de que 100 años después de dar por iniciado el primero, las promesas no se cumplieron y hoy a poco más de 100 del segundo, la situación sigue igual.
La revolución que necesitamos en la actualidad
Se dice que la historia puede ser un eterno ciclo, las grandes culturas de la antigüedad (e inclusive las mesoamericanas) así lo planteaban, si viviéramos un ciclo de abundancia cada determinado tiempo reiniciaríamos este proceso para continuar en esta inercia, cosa que no sucede en los terrenos de la política. Hoy se nos vende la idea de una nueva revolución autodenominada transformación que si bien ha logrado modificar algunas estructuras, las situaciones de desigualdad siguen existiendo, cuando miro el lema con el que muchos se abanderan hoy (y que es el mismo que se ha utilizado históricamente) “Primero los pobres” pienso en esa eterna deuda histórica que difícilmente se logrará cubrir.
Lo que necesita nuestro país es que se gobierne para todos y sólo así dejarán de existir los pobres, beneficiar a ciertos sectores es hacer lo mismo que han hecho otros gobiernos y al beneficiar sólo a las clases más populares sin la fuerza económica de los demás sectores de nada servirá porque como sociedad y como México debemos vernos como una unidad, esa es nuestra fortaleza y la de muchos países que son potencias.
La transformación comenzará cuando haya una nueva ideología
La estrategia ideológica que vivimos en la conquista construyó división en nuestras mentes, un político actual no puede proponer división como un lema de campaña sino un discurso (con argumento) en el que se vea a México como un todo, es la mejor manera de hacernos justicia por tantos proyectos que han fracasado.
De lo contrario puedo vislumbrar en el futuro a la generación de la sexta o hasta séptima transformación que estarán luchando por lo mismo que peleamos desde 1810 hasta citando a la generación que vivimos la cuarta transformación sin lograrlo.
Todo comienza en la menta y la visión para gobernar y tras estos argumentos que le he compartido hoy, mi voto será para aquel candidato que piense en todos como un gran país y que demuestre con argumentos que gobernará para todos y el suyo ¿por quién será?
Colaboración Columna Derecho de Réplica de Daniel Fajardo para: